…y me dominas el corazón…
El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, celebración que, incluso, es día de fiesta en algunos países; y que se remonta al año 1911 cuando un grupo de pioneras luchadoras por la igualdad de género se reunió en Copenhague para reivindicar su derecho a ser tratadas sin discriminación por una sociedad, evidentemente, dominada por los hombres. Por supuesto, aunque se ha avanzado una enormidad desde la fecha hasta hoy, todavía quedan muchos países donde, lamentablemente, hay tantas barreras por derribar y otras tantas cosas por hacer para alcanzar esa añorada equidad.
Pero no me quiero referir a eso; lo que quiero es rendirles un modesto homenaje a las mujeres.
Lo primero que tengo que decir para comenzar este humilde homenaje es que no hay nadie que joda más en el mundo que una mujer. En segundo lugar, hay que reconocer que no hay vaina más inexpugnable que el cerebro femenino, lo cual las hace más atractivas -por lo menos para mí- por indescifrables e impredecibles
Sin embargo, la paradoja del asunto es que son tan maravillosas que uno termina obviando este par de detallitos y cae rendido a sus pies por todas esas cualidades -algunas sólo explicables y compresibles en el subconsciente- que tienen las mujeres.
¿O me van a decir ustedes pillines que, a pesar de quejarnos tanto de las cuaimas, no es un placer compartir los mejores momentos de la vida con una mujer al lado?
Por eso ¡que vivan las mujeres, aunque mal paguen!
Ciro
El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, celebración que, incluso, es día de fiesta en algunos países; y que se remonta al año 1911 cuando un grupo de pioneras luchadoras por la igualdad de género se reunió en Copenhague para reivindicar su derecho a ser tratadas sin discriminación por una sociedad, evidentemente, dominada por los hombres. Por supuesto, aunque se ha avanzado una enormidad desde la fecha hasta hoy, todavía quedan muchos países donde, lamentablemente, hay tantas barreras por derribar y otras tantas cosas por hacer para alcanzar esa añorada equidad.
Pero no me quiero referir a eso; lo que quiero es rendirles un modesto homenaje a las mujeres.
Lo primero que tengo que decir para comenzar este humilde homenaje es que no hay nadie que joda más en el mundo que una mujer. En segundo lugar, hay que reconocer que no hay vaina más inexpugnable que el cerebro femenino, lo cual las hace más atractivas -por lo menos para mí- por indescifrables e impredecibles
Sin embargo, la paradoja del asunto es que son tan maravillosas que uno termina obviando este par de detallitos y cae rendido a sus pies por todas esas cualidades -algunas sólo explicables y compresibles en el subconsciente- que tienen las mujeres.
¿O me van a decir ustedes pillines que, a pesar de quejarnos tanto de las cuaimas, no es un placer compartir los mejores momentos de la vida con una mujer al lado?
Por eso ¡que vivan las mujeres, aunque mal paguen!
Ciro
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