De Cualquier Vaina,-siempre apoyando el arte-, informa que desde este pasado Lunes 13 de Abril al Viernes 24 de Abril de 2009 se estará presentando en el Banco Interamericano de Desarrollo, -1300 New York Ave. Washington DC. 20577 -, una exposición de la obra del artista plástico Tulio Díaz.
Tulio era una persona que vivía consecuentemente con el Arte. No había medias tintas entre ellos y dedicó su vida a éste.
A mi manera de ver las cosas, se fué muy temprano de este mundo (Enero de 2009) y mi opinión es que lo hizo en un momento en que desarrollaba sus mejores obras. Todavía tenía mucho para dar.
Esta exhibición,- más que una exhibición -, es un homenaje a su legado artístico, que incluye obras de la colección permanente del Museo de Arte Metropolitano de Nueva York.
Aquí les publicamos las invitaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (con un escrito de Cesar Sasson) y del Venezuelan American Endowment for the Arts.
El Pollo
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The Inter-American Development Bank
Staff Association
Lo invita cordialmente a la Exposición Individual del Artista Venezolano
Tulio Díaz
Abril 13, 2009
6:00 pm
Atrium, 1300 New York Avenue, NW, Washington, D.C.
Tulio Díaz “Si lo pudiera decir en palabras no habría razón para pintar.” Edward Hopper
De naturaleza serena y amigable, Tulio se caracterizó por ser una persona de poco hablar, pero al mismo tiempo curioso e intuitivo. Con el pasar del tiempo comprendí que le era inmensamente más fácil expresarse en formas y colores que hacerlo con verbos y palabras, pero lo más importante es que ese alfabeto de formas y colores era inconfundiblemente suyo, característica singular para un artista de su edad y más aun si es de formación autodidacta. Y es que Tulio nació en Caracas pero se crío en el interior del país, lejos de la urbe y los grandes museos nacionales, por lo que sus primeros contactos con el arte fueron a través de las publicaciones a las que pudo haber tenido acceso, de manera instintiva aprendió a hacer uso con igual destreza de las diferentes técnicas, y con la misma facilidad manejaba el óleo, la encáustica, la acuarela y el dibujo, aunque particular mención merece su prodigiosa utilización del color, además de la naturalidad y facilidad que exhibía pintando monocromías de impecable sutileza y factura, u obras carácter expresionista de violentos contrastes cromáticos, que observadas en detalle, puede apreciarse en ellas, el sentido, el peso y la valoración específica de cada mancha de pigmento dentro de la composición total y sin cuya presencia en esa explosión de colores, pudiera hacer ver la obra de apariencia inacabada.
Su principal característica como pintor, fue la misma que lo caracterizó como persona, un ser intimista que encontró un discurso plástico pleno en su entorno, pintando su hábitat, en forma de espacios interiores vistos desde diferentes perspectivas y en un mismo plano, privilegiando siempre un objeto o figura a resaltar en cada composición, generando así variaciones sobre una misma pero siempre distinta mirada.
Tulio nunca se preocupó por la fama ni por sus consecuencias, pues nunca la buscó, prefirió mantenerse al margen de toda exhibición superficial y ser más bien fiel a su esencia como persona, sin embargo y a pesar de su naturaleza tímida, el Museo Metropolitano de Nueva York, adquirió un conjunto de seis de sus dibujos para incorporarlos a la colección permanente de tan prestigiosa institución, igualmente su obra se encuentra representada en la Colección Cisneros.
En el año 1991 participó en la Segunda Bienal de Artes Visuales Christian Dior al lado de un conjunto de connotados artistas, por invitación del crítico de arte Juan Carlos Palenzuela .
En el año 1997 expuso individualmente en el Museo Sacro de Caracas, ese mismo año participó en el Salón Municipal de Caracas, haciéndose acreedor de la Primera Mención al Premio Municipal de Pintura.
A pesar de su facilidad nata para la pintura y el dibujo, le preocupaba mucho el volumen y la forma, fue así como en 1996 se presentó un día a la galería con su primera escultura, una pieza de pié pintada por ambas caras, de gran atractivo no solo cromático sino por el humor que trasmitía la situación representada, era la silueta de un personaje sacado de una de sus pinturas, vestido de ejecutivo con un maletín en la mano huyéndole a un perro que le mordía el pantalón.
Al encontrarme por primera vez con una escultura de Tulio, recordé esta frase de Paul Cezanne : “Me tomó 40 años entender que la pintura no era escultura “.
Presumo que Tulio tuvo la misma dificultad para entenderlo, hasta que finalmente se encontró con su propia escultura. A partir de allí empezaron a fluir las formas, una tras otra, las hacia indistintamente, de pie o de pared, y todas ellas tenían como común denominador el pertenecer a la singular óptica de disfuncional perspectiva característica de su obra y que muy a pesar de la inmediata identificación de los objetos representados en forma de mesas, sillas, floreros, vasos o botellas, llevaban su personal alfabeto.
Su talento en esa disciplina fue inmediatamente reconocido ese mismo año, con su participación en el Salón Arturo Michelena en la sección de escultura con un muy reducido grupo escultores seleccionados para esa ocasión.
Quiero finalizar este breve texto con una frase del pintor y escultor Edgar Degas, “ A los veinticinco años todo el mundo es famoso, a los cincuenta nadie sabe “, estoy seguro que a pesar de su prematura partida, curiosamente justo a los cincuenta, siento que la fama y el reconocimiento sabrán dar respuesta a la anterior cita, esta vez en relación al también pintor y escultor Tulio Díaz,.
Cesar Sasson
Febrero 2009
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