Cuando en los ya lejanos finales de los 80/principios de los 90, estudiábamos en la Escuela de Idiomas de nuestra querida UCV, la teoría generativista de Noam Chomsky, nos impactaba. Aquella vaina de que había “un conjunto de principios lingüísticos innatos compartidos por todos los seres humanos” nos ponía a pensar y a tripear. Yo me decía: “ese pana tiene que ser un güevo pelao por todas estas teorías y por ser el padre de la lingüística moderna”.
20 años más tarde, ya no lingüista, sino convertido en activista político, intelectual anticapitalista y profesor emérito del -muy elitesco y nada socialista- Massachusetts Institute of Tecnology (MIT), en la elitesca ciudad de Boston, fue a Caracas a aleccionarnos sobre las bondades de la revolución bolivariana.
Cualquiera puede tener la posición política que le dé la puta gana; pero al ser Chomsky parte de la élite del Imperio y llegar de paracaidista a un país del que lo poco que sabe es que su presidente “socialista” lo ayudó a que unos de sus panfletos antigringos se convirtiera en best seller y produjera millones de dólares -oh paradoja-, lo mínimo que le puede dar a uno que lo admiró como lingüista es pena ajena y lástima.
Y la pena ajena y la lástima no están asociadas exclusivamente a la perorata que se lanzó en el -golpeado- Teresa Carreño, sino al reunirse con Chávez que lo dio por muerto cuando mencionó el panfleto de marras en la ONU en el 2006.
Porque seamos serios; si alguien lo “admira intelectualmente” a uno, y el hijo de puta no sabe siquiera si estás vivo o muerto, dudo que ese “admirador” se haya leído, al menos, el prólogo de uno mis libros.
Pero como por la plata baila la mona y Chávez -siempre tan bueno para el marketing de los intelectuales trasnochados; sin alusiones personales Galeano- hizo bien su trabajo capitalista al hacer que “Hegemonía o Supervivencia” aumentara los ceros en la cuenta corriente de Mr. Chomsky, el otrora padre de la lingüística moderna, le pagó el favor al panita revolucionario adulándolo en Miraflores con perlitas del calibre de “ser una influencia positiva y propiciar cambios inspiradores”.
Triste que Chomsky haya pasado de ser un güevo pelao a ser un güevón pelao, políticamente hablando.
Y me pregunto: ¿Cuál es la diferencia entre Chomsky y una puta cara?
Ciro
20 años más tarde, ya no lingüista, sino convertido en activista político, intelectual anticapitalista y profesor emérito del -muy elitesco y nada socialista- Massachusetts Institute of Tecnology (MIT), en la elitesca ciudad de Boston, fue a Caracas a aleccionarnos sobre las bondades de la revolución bolivariana.
Cualquiera puede tener la posición política que le dé la puta gana; pero al ser Chomsky parte de la élite del Imperio y llegar de paracaidista a un país del que lo poco que sabe es que su presidente “socialista” lo ayudó a que unos de sus panfletos antigringos se convirtiera en best seller y produjera millones de dólares -oh paradoja-, lo mínimo que le puede dar a uno que lo admiró como lingüista es pena ajena y lástima.
Y la pena ajena y la lástima no están asociadas exclusivamente a la perorata que se lanzó en el -golpeado- Teresa Carreño, sino al reunirse con Chávez que lo dio por muerto cuando mencionó el panfleto de marras en la ONU en el 2006.
Porque seamos serios; si alguien lo “admira intelectualmente” a uno, y el hijo de puta no sabe siquiera si estás vivo o muerto, dudo que ese “admirador” se haya leído, al menos, el prólogo de uno mis libros.
Pero como por la plata baila la mona y Chávez -siempre tan bueno para el marketing de los intelectuales trasnochados; sin alusiones personales Galeano- hizo bien su trabajo capitalista al hacer que “Hegemonía o Supervivencia” aumentara los ceros en la cuenta corriente de Mr. Chomsky, el otrora padre de la lingüística moderna, le pagó el favor al panita revolucionario adulándolo en Miraflores con perlitas del calibre de “ser una influencia positiva y propiciar cambios inspiradores”.
Triste que Chomsky haya pasado de ser un güevo pelao a ser un güevón pelao, políticamente hablando.
Y me pregunto: ¿Cuál es la diferencia entre Chomsky y una puta cara?
Ciro
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