En un artículo publicado esta semana en el New York Times, escrito por Catherine Saint Louis, se habla sobre una nueva tendencia de algunas mujeres rebeldes -como lo hicieron las hippies de los 60- de no afeitarse piernas, axilas y, por extensión, otras partes del cuerpo; como una manera de revelarse contra la imposición estético/social lampiña y como un modo de reafirmar su espíritu libre.
La primera reacción -tanto de hombres como de mujeres- es de asco y de disgusto ante lo que muchos consideran una afrenta a los modales de buenas costumbres estéticas. Estética, que por cierto, es relativamente nueva si nos remitimos a la evolución estética del cine porno -estudio realizado por algunos panas que ven ese tipo de obsceno material- en los últimos 20 o 25 años; donde los efectos del cambio climático son más que evidentes.
El argumento de las precursoras de esta neotendencia peluda, Mo’Nique -ganadora del Golden Globe por su actuación en Precious- y Amanda Palmer -cantante de la banda punk Dresden Dolls- es muy simple: la mujeres tienen el derecho de decidir si se afeitan o no; no por presión social, sino por escogencia propia. Argumentan que muchas mujeres se depilan sólo para evitar la mirada escrutadora de la gente, tanto de hombres como de mujeres, aunque tienen que someterse a lo doloroso, complicado, costoso y, hasta, peligroso, de los distintos procesos de depilación.
Y le pregunto a mis queridas lectoras: ¿Qué piensan de este revival del pelo? Y a los pillines: ¿Está en lo cierto ese gran filosofo venezolano, Er Conde er Guacharo, con su premisa de que donde hay pelo hay felicidad?
Ciro
La primera reacción -tanto de hombres como de mujeres- es de asco y de disgusto ante lo que muchos consideran una afrenta a los modales de buenas costumbres estéticas. Estética, que por cierto, es relativamente nueva si nos remitimos a la evolución estética del cine porno -estudio realizado por algunos panas que ven ese tipo de obsceno material- en los últimos 20 o 25 años; donde los efectos del cambio climático son más que evidentes.
El argumento de las precursoras de esta neotendencia peluda, Mo’Nique -ganadora del Golden Globe por su actuación en Precious- y Amanda Palmer -cantante de la banda punk Dresden Dolls- es muy simple: la mujeres tienen el derecho de decidir si se afeitan o no; no por presión social, sino por escogencia propia. Argumentan que muchas mujeres se depilan sólo para evitar la mirada escrutadora de la gente, tanto de hombres como de mujeres, aunque tienen que someterse a lo doloroso, complicado, costoso y, hasta, peligroso, de los distintos procesos de depilación.
Y le pregunto a mis queridas lectoras: ¿Qué piensan de este revival del pelo? Y a los pillines: ¿Está en lo cierto ese gran filosofo venezolano, Er Conde er Guacharo, con su premisa de que donde hay pelo hay felicidad?
Ciro
No comments:
Post a Comment