Viajar es una de las cosas que me produce más placer en la vida, sobre todo si lo hago con gente a la que quiero; pero si además de eso, veo a gente a la que no veía en años, el placer se multiplica aun más.
Pero el viajar también es, más allá de las rumbas, las largas caminatas, las playas -nudistas y no nudistas- los mojitos, las conversas -existenciales y no tan existenciales-, las ricas comidas, la convivencia con la gente y los ratones; un acto de voyeurismo social.
Este voyeurismo social consiste en la inevitable comparación que hago entre la sociedad que visito, la sociedad en la que vivo y la sociedad de la que vengo. Estas comparaciones, por muy antipáticas y desubicadas que parezcan, para mí son fascinantes y enriquecedoras.
Y la primera pregunta que surge es: ¿Dónde se vive mejor? Pero no podemos adentrarnos a la respuesta de esa “simple” interrogante sin plantearnos algo más complejo, como lo es definir qué es calidad de vida.
La calidad de vida es un tema excesivamente subjetivo, intrínsicamente relacionado a las necesidades particulares de cada individuo; es por eso que es tan complejo definirlo. Por ejemplo, para unos la calidad de vida está relacionada con la comodidad, la opulencia, el consumismo o el lujo; para otros se relaciona con una vida simple y natural, aderezada con un buen vinito, un rico pescadito frito, una buena playita y la gente que se quiere alrededor; y para algunos está asociada al simple hecho de ser libres para poder hacer y decir lo que les dé la puta gana y poder vivir en un lugar en donde sus vidas valgan más que un carro o un par de zapatos.
Pero el asunto se complica aun más, ya que habría que agregarle otros factores que escapan de lo individual y trasciende a lo colectivo; como por ejemplo, el respeto de los individuos al derecho ajeno, el respeto a la norma, la conciencia social o ambiental, la calidad de la educación y de la salud, la burocracia para obtener un documento legal, la seguridad social, la tolerancia hacia el diferente, el pensamiento comunitario, el acceso a un trabajo bien remunerado o, simplemente, caminar sin miedo por la calle.
Lo ideal -o utópico- sería poder vivir en una sociedad donde exista un balance entre lo que buscamos como individuos y lo que buscamos como miembros de un colectivo.
Y para ti ¿Qué es la calidad de vida?
Ciro
Pero el viajar también es, más allá de las rumbas, las largas caminatas, las playas -nudistas y no nudistas- los mojitos, las conversas -existenciales y no tan existenciales-, las ricas comidas, la convivencia con la gente y los ratones; un acto de voyeurismo social.
Este voyeurismo social consiste en la inevitable comparación que hago entre la sociedad que visito, la sociedad en la que vivo y la sociedad de la que vengo. Estas comparaciones, por muy antipáticas y desubicadas que parezcan, para mí son fascinantes y enriquecedoras.
Y la primera pregunta que surge es: ¿Dónde se vive mejor? Pero no podemos adentrarnos a la respuesta de esa “simple” interrogante sin plantearnos algo más complejo, como lo es definir qué es calidad de vida.
La calidad de vida es un tema excesivamente subjetivo, intrínsicamente relacionado a las necesidades particulares de cada individuo; es por eso que es tan complejo definirlo. Por ejemplo, para unos la calidad de vida está relacionada con la comodidad, la opulencia, el consumismo o el lujo; para otros se relaciona con una vida simple y natural, aderezada con un buen vinito, un rico pescadito frito, una buena playita y la gente que se quiere alrededor; y para algunos está asociada al simple hecho de ser libres para poder hacer y decir lo que les dé la puta gana y poder vivir en un lugar en donde sus vidas valgan más que un carro o un par de zapatos.
Pero el asunto se complica aun más, ya que habría que agregarle otros factores que escapan de lo individual y trasciende a lo colectivo; como por ejemplo, el respeto de los individuos al derecho ajeno, el respeto a la norma, la conciencia social o ambiental, la calidad de la educación y de la salud, la burocracia para obtener un documento legal, la seguridad social, la tolerancia hacia el diferente, el pensamiento comunitario, el acceso a un trabajo bien remunerado o, simplemente, caminar sin miedo por la calle.
Lo ideal -o utópico- sería poder vivir en una sociedad donde exista un balance entre lo que buscamos como individuos y lo que buscamos como miembros de un colectivo.
Y para ti ¿Qué es la calidad de vida?
Ciro
PD ¡La verdad es que no sé cómo pude pensar tanta guevonada si la mayoría del tiempo estuve rascao o enratonao!
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