Hasta hace unos años éramos el segundo país con más consumo de cerveza per cápita. El primero: Alemania.
En Venezuela se bebe alcohol como si fuese agua. Whisky, Ron, Cerveza, Anís, Caña Clara son de los favoritos en los distintos estratos sociales. El consumo de alcohol está ligado a prácticamente cualquier evento social. Una cena, así sea de negocios, almuerzo (incluso día de semana), cumpleaños, un Viernes en la tarde, en los juegos de beisbol, en los cumpleaños de bebés, manejando autos y muchas otras ocasiones no tan especiales. Alcohol y venezolanismo están íntimamente ligados. Es parte de la cultura. Un venezolano promedio es visto como un alcohólico en EEUU.
En mi caso, fui parte de todo este fenómeno hasta que cambié de sociedad. Cuando llegué la primera vez a EEUU le pedí a un “bartender” que me vendiera una botella de Whisky (para tomármela con 2 panas más) y el tipo lo que hizo fue pelar los ojos y “cagarse” de la risa.
El consumo de alcohol como todos los problemas asociados a vicios, es una calamidad para el individuo y su familia. Si uno va a tomar tiene saber donde hacerlo y cuánto tomar. No deberías caerte a curda si al día siguiente tienes un maratón. Tampoco si andas manejando. De hecho sería bueno que lo eliminaras o redujeras al mínimo por cuestiones de salud.
En el imperio, principalmente en el área de Virginia tienes que cuidarte porque si te agarran manejando con más de 2 cervezas (.08 grado de alcohol aproximadamente) vas directo, -con esposas puestas-, a pasar 30 días en la cárcel, con gastos entre multas y abogados de más de $5000.00 y con visitas a alcohólicos anónimos en tu período de reinserción a la sociedad. 30 días sin ir al trabajo puede significar que lo pierdas. Particularmente, si no lo tenías como un plan de vacaciones. Te arruinas la vida compadre. Mi pana Carlitro dice que no se emigra de Venezuela hasta que permitan manejar con una cerveza en la mano.
En Venezuela si metes la pata con el alcohol, puede que ni te metan preso aún cuando hayas matado a alguien en un accidente de tránsito (con palanca por supuesto). Sin ir muy lejos, si al día siguiente no trabajas o vas medio “zarataco” o prendido, tal vez no sea motivo ni siquiera de llamado de atención en el trabajo.
Sucede con cierta frecuencia en EEUU, que jugadores novatos venezolanos terminen arrestados por manejar bajo los efectos del alcohol. Otros no tan principiantes cometen errores que tal vez se acentúan con la bebedera de caña.
Miguel Cabrera, se echó una peíta (bebió mucho) con 2 juegos por jugar, - claves-, para que los Tigres De Detroit ganaran el banderín Central de la Liga Americana e ir a post-temporada. La noticia al parecer han tratado de manejarla por debajo pero salió al aire. Al parecer llegó a su casa a las 6:00 am bebido, hablado por celular y despertó a los niños. Conclusión: Su esposa le arañó la cara. Menos mal para él, no estaba manejando.
La policía cuenta que no se pudo determinar quién era el agresor, no se levantaron cargos y los dos se negaron a asistencia médica.
Independiente de lo amarillista de la noticia que les doy, qué carajo hacía el niño prodigio de 26 años llegando a las 6 am, prendido (tenía .26 grado alcohólico, tres veces lo permitido para manejar), con dos juegos tan importantes? Por cierto en ellos bateó de 4-0 y de 3-0, y venía de otro 4-0 antes de estos partidos. De 11-0. De meter 4 hits hubiese sido apenas el tercer venezolano en llegar a 200 hits. Por suerte, hoy juega un partido final para ver si ganan o no.
Este chamo, fenómeno del beisbol, pone su carrera en peligro. Donde hubiesen llegado otros venezolanos de los 70s de Cincinnati, Phillies y Medias Rojas de no ser por la fama de cañeros que tenían?
Está la cultura etílica en el cerebro de estos jugadores? Está en la mayoría de los venezolanos? Tenemos solución? Necesitamos solución? La queremos? No hay ningún problema?
El Pollo
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