Si en esa Tierra de Gracia, -enclavada en el medio del Mar Caribe, bendecida por los dioses pero al mismo tiempo empavada por el Excremento de Diablo, bautizada como Venezuela, Piccola Venezia, por Colón y su combo- hay una vaina que nos unifica, identifica y democratiza como pueblo es el béisbol.
Aunque suene arrogante de mi parte, tener más de treinta años yendo -cada uno de esos años- al coso Los Chaguaramos, como los entendidos llaman al Estadio Universitario de Caracas, a sufrir y a gozar con los Tiburones de La Guaira me permite hacer este big statement. Puedo decir sin ningún temor a ser considerado exagerado, que el coso es el crisol de colores de piel y de estratos sociales más amplio que se puede encontrar en nuestro país. Allí todos somos igualitos, unidos por una sola pasión: el béisbol.
Es por esta razón que las cosas que se crean en el estadio y que salen a buscar vida propia en esas convulsionadas calles de nuestro querido país son el reflejo de lo que está sintiendo, disfrutando o padeciendo la sociedad venezolana.
Es por ello que en esa Tierra de Gracia donde el béisbol no es sólo un deporte sino una religión, la jerga popular está plagada de metáforas beisboleras: “la cuaima me tiene en tres y dos”, “esa jevita es un roling al picher”, “botaste la bola, negro”, “ese pana es un out por regla con los culitos”,“ese pana es un cuarto bate y novio ‘e la madrina”,”este país está lleno de managers de tribuna”,“cuando mi jevita me dijo que tenía novio, me dejó ponchao”,“tas ponchao por ñero”, “ese bicho es un bate quebrao”, entre muchísimas otras.
Pero para no extenderme mucho, sólo quiero dedicarme a explicar brevemente una de estas frases: ser bate un quebrao. Un bate quebrao es, por definición y metafóricamente hablando, lo opuesto a un cuarto bate. Es el tipo que no le da un palo a nadie y que cuando hace contacto con la bola, únicamente logra sacar un machucón o un manso rolincito al cuadro y, de ñapa, en el ínterin se le partió el bate en pedazos. Es decir, no aporta nada para la causa de su equipo.
En el -algunas veces abusivo- humor venezolano se le dice bate quebrao -en son de mofa malsana- a la persona que no logra hacer las cosas bien para contribuir con su propia causa personal o con la de la colectividad. En inglés, los gringos -un poquito más políticamente correctos que nosotros- dirían he/she does not deliver para expresar la falta de competencia al realizar alguna acción específica.
Como dijo Teodoro en su editorial de hoy, hay uno por ahí que no sólo está ponchao sino que es un rolo‘e bate quebrao.
Y para ti ¿Qué es un bate quebrao?
Aunque suene arrogante de mi parte, tener más de treinta años yendo -cada uno de esos años- al coso Los Chaguaramos, como los entendidos llaman al Estadio Universitario de Caracas, a sufrir y a gozar con los Tiburones de La Guaira me permite hacer este big statement. Puedo decir sin ningún temor a ser considerado exagerado, que el coso es el crisol de colores de piel y de estratos sociales más amplio que se puede encontrar en nuestro país. Allí todos somos igualitos, unidos por una sola pasión: el béisbol.
Es por esta razón que las cosas que se crean en el estadio y que salen a buscar vida propia en esas convulsionadas calles de nuestro querido país son el reflejo de lo que está sintiendo, disfrutando o padeciendo la sociedad venezolana.
Es por ello que en esa Tierra de Gracia donde el béisbol no es sólo un deporte sino una religión, la jerga popular está plagada de metáforas beisboleras: “la cuaima me tiene en tres y dos”, “esa jevita es un roling al picher”, “botaste la bola, negro”, “ese pana es un out por regla con los culitos”,“ese pana es un cuarto bate y novio ‘e la madrina”,”este país está lleno de managers de tribuna”,“cuando mi jevita me dijo que tenía novio, me dejó ponchao”,“tas ponchao por ñero”, “ese bicho es un bate quebrao”, entre muchísimas otras.
Pero para no extenderme mucho, sólo quiero dedicarme a explicar brevemente una de estas frases: ser bate un quebrao. Un bate quebrao es, por definición y metafóricamente hablando, lo opuesto a un cuarto bate. Es el tipo que no le da un palo a nadie y que cuando hace contacto con la bola, únicamente logra sacar un machucón o un manso rolincito al cuadro y, de ñapa, en el ínterin se le partió el bate en pedazos. Es decir, no aporta nada para la causa de su equipo.
En el -algunas veces abusivo- humor venezolano se le dice bate quebrao -en son de mofa malsana- a la persona que no logra hacer las cosas bien para contribuir con su propia causa personal o con la de la colectividad. En inglés, los gringos -un poquito más políticamente correctos que nosotros- dirían he/she does not deliver para expresar la falta de competencia al realizar alguna acción específica.
Como dijo Teodoro en su editorial de hoy, hay uno por ahí que no sólo está ponchao sino que es un rolo‘e bate quebrao.
Y para ti ¿Qué es un bate quebrao?
Ciro
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