Friday, September 7, 2007

Reality Bites

Pues sí, después de unas merecidas vacaciones -digo yo que merecidas- y a pesar de Air France y su manejo de maletas, este par de manganzones regresa con las pilas repotenciadas.

Yo por mi parte decidí desconectarme totalmente: cero celular, cero periódico y cero conexión de internet por tres semanas. Lo arrecho es que en un país surrealista, por los designios de Su Majestad, Mr. Hugo Boss, tres semanas pueden ser una eternidad.
Lo primero que me sorprendió al regresar es que ya no somos caraqueños, sino guaraira repaneros. Lo de pinga sería saber como se van a llamar ahora los, no tan queridos, Leones del Caracas; ¿Serán los Leones de Guaraira o los Leones de Repano? No sé, no soy caraquista pero me preocupa.

Otra vaina interesante que descubrí a mi regreso es que vamos a tener media hora menos en nuestro huso horario; es decir, igual que Burma, Irán e India ¿Cómo podríamos hacer negocios con este trío de países hermanos, si no tenemos media hora de retraso?

También me enteré que ahora la plata que le regalamos a Argentina ahora se entrega en cash para evitar trámites burocráticos aduaneros.

Pero el golpe más duro a la venezolanidad no es haber cambiado el nombre del país, el escudo o la bandera. Lo más triste que descubrí de toda esta tragicomedia es que se quiera limitar la creatividad de los padres venezolanos -dígalo ahí zulianita-, circunscribiéndolos a escoger el nombre de sus hijos en una short list oficial de 100 nombres. Así que olvídense de salir con una mamita llamada Hengelberth, Maolenin, Githanjaly o Yurbiladyberth; y acostúmbrese a salir con Cilias, Linas o Desirees. Esto sí es acabar con la identidad nacional; lo del reinado vitalicio es una nimiedad comparado con esto.

Lamento contradecir aquel tango que decía que 20 años no son nada; no joda, tres semanas es que jode.

Ciro





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