
Cuando, sin embargo, paseas por ciudades con poca inmigración venezolana y te consigues algún producto de nuestro país que tienes tiempo sin ver, comer o simplemente disfrutar, el goce y el valor de ese producto se eleva a la máxima potencia. Es como conseguir un tesoro. Hay gente en la capital del imperio del mal, que jamás compartiría la última "Susi" (galleta con chocolate) de un encargo venezolano.
De chamo, de las marcas de chocolate venezolanos que más me gustaban, estaban Savoy y La India. El resto de las marcas no eran de mi agrado. No porque fuesen malas, sino que la calidad del chocolate venezolano no tiene parangón, y es fácil inclinarse por una marca o tipo y dejar a otras muy buenas por fuera (como la guayabera). El chocolate Savoy de leche (el amarillo con azul) tiene una mezcla de leche y cacao perfecta, donde no sientes el grasero de la leche o un mal sabor del chocolate de otros lados. Además, la misma sencillez de éste es lo que a mi me impresiona más.
De los tipos de chocolate, los de leche son mis favoritos. Cada vez que puedo, pruebo alguno de cualquier lado del mundo y de verdad no he conseguido muchos con la calidad del Savoy venezolano. Lástima que no se consigue con facilidad en el extranjero.

Y yendo al tema de la Globalización me agradó conseguir una empresa venezolana aprovechándose del hecho de que ahora y más que nunca la competencia es global. Me dió una especie de "alivio" el ver este pequeño triunfo venezolano en épocas en que la importación de productos americanos es la norma (como la grandiosa camioneta revolucionaria Hummer 2) y sentí un poco de "venganza" a una pequeña anécdota que les voy a contar.
Una vez, en el aeropuerto de Maiquetía, me quedé mirando a 3 viajeros, que acababan de comprar chocolates. Uno de ellos compró el favorito mío, el chocolate Savoy de Leche (amarillo con azul) que nombré anteriormente. Lo abrió y le pegó un mordisco y lo primero que dijo fué: "Este chocolate es bien bueno !". La sorpresa de este personaje, le dibujó en la cara expresiones de admiración de esas que uno dice: "puso cara de pendejo". De inmediato le dijo a sus amigos, "déjenme ver de donde es". Leyó y soltó esta perla: "Claro, es de Nestlé".
Si bien, me provocó interrumpirlos y explicarles que Savoy era líder INDISCUTIBLE del mercado venezolano en chocolates, confitería y galletas hasta que Nestlé la compró en 1988 (hace casi 20 años !!!) y que la la fórmula y el cacao eran venezolanos, decidí callarme la boca y tomar un poco de ese "jarabe de ricino" que en ese entonces estaba en pañales y se llama ahora Globalización. Si es cierto, que Nestlé no acababa de llegar a Venezuela con su símbolo imperialista al estilo Mc Donald's invadiendo los espacios públicos, tampoco es falso que nos estaba "quitando" parte de nuestra identidad nacional.

Lo mejor y más banal es, que a los que estén en los EEUU, Canada y Reino Unido tienen el chance de ver algún día en sus estantes un poco del sabor venezolano y matar ese antojo con los chocolates del Rey. Aunque vuelvo y repito: "Nada como un Savoy".
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