Thursday, July 12, 2007

Tabúes De La Lengua


Para cerrar -por ahora- esta trilogía de artículos sobre tabúes, esta última entrega va a tratar sobre los tabúes de la lengua. Para l@s pillines que están pensando en que voy a hablar del sexo oral, lamentablemente les tengo malas noticias; porque, en realidad, voy a hablar de la lengua –en el sentido lingüístico- como encubridora de los tabúes mentales.

Según nos cuenta la lingüista Laura Pérez Arreaza, “piensen solamente en la diversidad de nombres que reciben los órganos sexuales en toda Venezuela. Es tabú nombrarlos por su nombre original, nos vemos obligados a llamarlos de otra forma, porque socialmente hay que llamarlos de otra forma.”

En este último punto podríamos dividir el argumento en dos: palabras que encubren cosas pangolas y palabras que encubren cosas no tan pangolas.

Si pensamos en las cosas pangolas que no son llamadas por su nombre para ocultar lo que se quiere decir, el lenguaje legal gringo -y que me corrijan los Protocolos Esparragozas- se lleva el premio de lo políticamente correcto: Driving Under the Influence (Manejar Bajo la Influencia), para significar manejar rascao; Intoxication (intoxicación), para significar rolo e’ pea; Not Guilty (no culpable), para significar inocente.

Dentro de las cosas no tan pangolas que son llamadas de otra manera, por supuesto que nos topamos con un montón de palabras en el campo semántico de la sexualidad. A lo largo de su arduo trabajo de investigación sobre la jerga juvenil caraqueña Pérez Arreaza ha descubierto que “la jerga juvenil, por ejemplo, ha llenado de voces maravillosas, y usos súper metafóricos el campo de la sexualidad

La investigadora nos ilustra con unos ejemplos que para los bichos que pertenecemos a mi generación nos van a hacer sentir, no solo viejos, sino desconectados de la realidad lingüística caraqueña. Tenemos así "lechosa verde"(hombre que en lugar de sangre tiene leche en las venas), "hablar por micrófono, microfonear, cantar, hablarle al país" (hacer sexo oral) y una de las más metafóricas "pernoctar" (tener sexo anal). Pernoctar quizás sería una de esas voces más cercana al tabú, no sólo porque ella nombra algo que no debe ser nombrado aparentemente, sino porque si recurrimos al significado en lengua general, y vemos que pernoctar es pasar la noche fuera del recinto donde habitualmente se pasa la noche, deberíamos entonces deducir que lo habitual es el sexo vaginal y el anal pasaría a ser lo eventual, la pernocta. Eso claramente es un cliché y por eso este cambio en sí mismo es ya un tabú.

Como conclusión, la egresada de la Escuela de Idiomas Modernos de la Universidad Central de Venezuela, con postgrados en Lingüística Aplicada de la misma casa de estudio, nos dice “creo que estamos llenos de tabúes sí, pero más en la forma que en el contenido.”

Ciro







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