Sunday, June 5, 2011

UEFA vs futbol

La maratón de clásicos entre el F.C Barcelona y el Real Madrid que nos deparaba este mes de abril, llegaba a la recta final con una emocionante eliminatoria en las semifinalesde la Champions League. El gran Barça que todos conocemos se enfrentaba a un Real Madrid que venía de conquistar la Copa del Rey, también frente a los culés. Máxima expectación en dos partidos grandes en los que las previsiones se hacían imposibles. Y es que ni en las más catastrofistas se hubiera augurado lo que iba a ocurrir. Los grandes protagonistas: Wolfgang Stark en la ida y Frank De Bleeckere en la vuelta. Los dos árbitros. Jose Mourinho, entrenador del Real Madrid, siempre se ha caracterizado por decir lo que piensa sin pelos en la lengua ni paños calientes. Para bien o para mal el luso ha criticado todo aquello que, bajo su punto de vista, ha supuesto un agravio comparativo entre su equipo y el eterno rival. El tiempo y los datos le han dado y le han quitado la razón. Esta vez, no obstante, el clamor ha superado, de lejos, el ruido producido por cualquiera de sus anteriores lamentos, y es que el destinatario de sus graves acusaciones no era otro que la UEFA. La actitud de los jugadores del Barça forzando tarjetas para su rival, la rigurosa expulsión de Pepe y el gol legal anulado a Higuaín son jugadas puntuales que han condicionado, presumiblemente, la eliminatoria. Por esta razón, tanto Mourinho como algunos de los pesos pesados del vestuario madridista, expresaban públicamente su preocupación por lo que ellos consideran una influencia del Barça más allá de los campos de fútbol y un recíproco interés de la UEFA en hacer llegar al equipo catalán lo más lejos posible.
Un pastel muy grande y pocos a repartir
Muchos son los que acusan a Mourinho de tirar la piedra y esconder la mano pero lo cierto es que el técnico portugués ha demostrado que, si bien pueden ser más acertados o más equivocados, siempre es poseedor de unos argumentos que respaldan sus teorias y sus acusaciones. Argumentos que en muchas ocasiones la gran mayoría parece desconocer. Si echamos un vistazo al organigrama de la UEFA, se hace especialmente llamativa la redundancia de ciertos nombres que existen en los diferentes comités: Ángel Maria Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol es también tercer vicepresidente del Comité Ejecutivo, presidente del Comité de Árbitros, presidente adjunto del Comité Jurídico y de Disciplina y representante del Comité Ejecutivo en el Consejo de Estrategia del Fútbol Profesional. Senes Erzik, jefe de proyectos de UNICEF (patrocinador del F.CBarcelona), es también primer vicepresidente de la UEFA, vicepresidente del Comité de Árbitros, presidente del Comité de Responsabilidad Social y Juego Limpio, presidente del Comité de Licencias de Clubes y representante del Comité Ejecutivo en el Consejo de Estrategia del Fútbol Profesional. Dado que los conflictos que se suscitan en relación con un comité, debe solventarlos otro, es, cuanto menos, curioso, que existan nombres comunes entre ellos, pues eso les convierte en los encargados de juzgar sus propias causas. Algunos de los nombres que completan el organigrama del máximo organismo futbolístico en Europa son también los que suscitan el recelo y la desconfianza en Mourinho: -Josep Lluís Vilaseca Guasch: exdirectivo del Barça y actual asesor permanente del Comité Jurídico y de Disciplina de la UEFA. -Joan Gaspart: Expresidente del Barça y actual miembro del Comité de Competiciones de la UEFA. -Joan Laporta: Expresidente del Barça y actual miembro del Consejo de Estrategia del Fútbol Profesional. -Helena Herrero, Jefe de los Servicios Médicos de la Mutualidad de Futbolistas Españoles vinculadada a la F.E.F y miembro del Comité Médico de la UEFA (se muestra públicamente como una gran amante y defensora de todo lo catalán). La actitud de la UEFA, flaco favor al fútbol Tras la polémica actuación arbitral de Stark en el Santiago Bernabéu y las voces de disconformidad de él derivadas, Mourinho señalaba a cinco colegiados como "miembros de honor" de su lista negra. Y de entre todos los árbitros que estarían en disposición de dirigir la vuelta de semifinales, los encargados de la desginación, eligieron a uno de esos cinco. En pos de una eliminatoria en la que se hablase de fútbol, seguramente lo idóneo hubiera sido escoger a cualquier otro. Es más, cualquier suspicacia quedaría totalmente erradicada si el colegiado que dirigirá la contienda saliese de un sorteo realizado de forma pública, con la más absoluta transparencia. Sin embargo la "coincidencia" se tomó desde el Real Madrid como una provocación de la UEFA, un mensaje subliminal por parte del máximo organismo europeo para dejar claro quién manda aquí. Y de esa forma, como en tantos otros aspectos, la UEFA se muestra como algo intocable, como un organismo que está por encima del bien y el mal, que no debe responder ante nadie y cuya honestidad se respalda única y exclusivamente en los "autos de fe" que clubes y aficionados deben hacer. ¿Es eso beneficioso para el fútbol? Dado que el Código Disciplinario de la UEFA prohíbe expresar públicamente cualquier opinión personal y libre que atente contra la buena imagen del organismo, es de esperar que las palabras de Mourinho dejando en evidencia todo lo expuesto, acaben siendo sancionadas, a pesar de que el propio presidente de la UEFA no tuviera reparo alguno a la hora de insultar gravemente al presidente del Real Madrid calificando de indecente su política de fichajes y acusando al club blanco de condicionar el funcionamiento de todo el mercado. ¿Qué intereses defiende la UEFA? Escuchábamos al colegiado que dirigió el Barça-Madrid del partido de vuelta, declarar que estaba más que satisfecho con su labor. Independientemente de que se trate de jugadas más o menos trascendentales, es innegable que el gol de Higuaín estuvo mal anulado, por tanto, lo que cabría esperar de un profesional serio, responsable y con espíritu deportivo, hubiera sido una autocrítica que le ayudase a superarse, a aprender de sus errores y a tratar de que no se repitan, algo que es imposible cuando estos se tapan con una dosis de cinismo y de apoyo "de los de arriba". Y es que la actitud de la cúpula futbolística europea parece más de lo mismo. Al no tener que responder frente a nadie, la palabra de la UEFA parece dogma de fe.
Sin embargo, ¿por qué arbitros y responsables adoptan esa actitud? ¿No debería estar el fútbol por encima de su propia imagen? Tiempo de soluciones De la misma forma que los sistemas jurídico y político en nuestro país contemplan una serie de incompatibilidades para ejercer determinados cargos, se hace presumible que aplicar eso en el seno de la UEFA, sería más que beneficioso para evitar todo este tipo de suspicacias pero lejos de poner de su parte, la UEFA no hace sino sembrar más y más cizaña con decisiones caracterizadas por una gran disparidad de criterios y actuaciones de oficio a las que sólo aplican especial vehemencia cuando los propios perjudicados son ellos y su imagen. Benfica, Milan, Chelsea, Inter, Real Madrid...tres años consecutivos de polémicas arbitrales con tres denominadores comunes: una sefiminal de Champions League, el F.C Barcelona y un organismo europeo que mira hacia otro lado. Tal vez sea el momento de que la UEFA aparque esa prepotencia que le hace repartir culpas entre todos los demás a golpe de sanción y empiecen a pensar que algo están haciendo mal. No obstante, si la autocrítica es algo que no tiene cabida en el máximo organismo del fútbol en Europa, tal vez sea el momento de que los clubes de fútbol se forjen la firme idea de verse representados en un organismo con potestad y atribuciones para enfrentarse a la UEFA y exigir responsabilidades; algo bastante más parecido al G-14 que al actual ECA, que ha pasado hasta ahora más que inadvertido y que a día de hoy aparenta ser más una forma que encontraron en su día UEFA y FIFA para contentar a los clubes tras la disolución de un incómodo G-14. Los amantes del fútbol no pueden ni deben seguir haciendo esfuerzos para obviar todo esto y las soluciones deben pasar por que quien se equivoca, responda. Los clubes lo hacen, los jugadores también; incluso los aficionados. ¿Cuándo lo hará la UEFA
?

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