No pudo ser. Adiós al sueño. La última carrera carrera del año deparó que al final Sebastian Vettel se convirtiera en el nuevo campeón del mundo de Fórmula 1 y que Fernando Alonso no pudiera ver cumplido el sueño de convertirse en tricampeón.
Al final uno de los que menos opciones tenía -las opciones de Vettel no eran tan altas como las de Alonso y Webber- le ganó la partida a Ferrari y a su propio compañero de equipo.
El piloto alemán se impuso en el trazado de Yas Marina, por delante de los McLaren de Hamilton y Button, que le acompañaron en el podio, y la séptima de plaza de Alonso, que se equivocó en la estrategia del 'pit-stop', le sirvió para convertirse en el campeón del mundo más joven de la historia a sus 23 años y cuatro meses.
Ya en la salida Alonso perdió la tercera plaza en favor de Button. Algo que, en principio, entraba en los planes de Fernando y de Ferrari. Pero todo se complicó cuando, tras su primera parada, precipitada como decimos por el hecho de que Webber adelantar la suya, se encontró atrapado por detrás del ruso Vitaly Petrov, al que fue incapaz de superar.
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