En vez de moverse en círculos alrededor del centro de la Vía Láctea, todas las estrella en nuestra galaxia están viajando por caminos alterados, que se alejan del centro galáctico hasta distancias mayores de lo esperado.
Este sorprendente hallazgo ha sido hecho por Arnaud Siebert y Benoit Famaey, astrónomos del Observatorio Astronómico de Estrasburgo (CNRS/Universidad de Estrasburgos), y por sus colaboradores de otros países.
Este extraño comportamiento puede deberse a la perturbación causada por la barra central y los brazos espirales de nuestra galaxia, que obligan a las estrellas a dejar su recorrido circular normal y tomar un rumbo más desviado hacia fuera.
La mayoría de las galaxias, incluyendo la nuestra (la Vía Láctea), tienen forma de espiral, y las estrellas están distribuidas en un delgado disco que gira alrededor del centro galáctico, con áreas divididas en brazos en espiral o regiones elípticas tales como la barra central.
Debido a la gravedad, los brazos espirales se mueven a través del disco en forma de ondas de densidad. Durante más de veinte años, los científicos creyeron que la influencia potencial de estas ondas de densidad sobre las velocidades estelares en la Vía Láctea era insignificante en comparación con la tendencia al movimiento circular de las estrellas en el disco galáctico.
El citado equipo de astrónomos ha demostrado ahora que esta creencia es errónea. En el vecindario de nuestro sistema solar, las estrellas se mueven hacia el exterior de la galaxia a una velocidad media de unos 10 kilómetros por segundo, la cual es considerablemente más rápida de los que se pensaba.
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