Laura y Marcelo se reconcilian y protagonizan un nuevo edredoning

Laura y Marcelo se han reconciliado. La pareja, que había puesto punto y final a su tormentosa relación, no ha podido resistirse a la atracción que sienten el uno por el otro y, contra todo pronóstico, han vuelto a meterse juntos bajo el edredón de su cama.

Después de tres días sin hablarse, protagonizando tremendas broncas, faltas de respeto y amenazas, Laura y Marcelo han hecho aquello que no se han cansado de negar: reconciliarse. Cuando parecía que la historia de amor de la pareja más problemática de esta edición había llegado a su fin, los tortolitos han vuelto a sorprendernos al retomar su tormentosa relación.

Esta madrugada, cuando ya nadie apostaba nada por ellos, la pareja ha tenido un acercamiento. Aunque pocas horas antes lo dos se refugiaban en el confesionario asegurando que "lo suyo no tenía solución", los concursantes han aprovechado la tranquilidad de la noche para hacer las paces. Entre besos, caricias y gestos de amor, la parejita ha fumado una vez más la pipa de la paz. Parece que esta relación de amor-odio les tiene tan enganchados que ninguno de ellos es capaz de ser fuerte y mantenerse firme en su decisión de acabar con este noviazgo que tanto daños les está haciendo dentro de la casa de Guadalix de la Sierra.

Parece que Marcelo , algo avergonzado por su comportamiento, le pone pegas a la reconciliación: "me da vergüenza, porque así parece que no tengo palabra". A Laura no le da ninguna, y aprovecha cada segundo para besar a su chico . "Somos un poco ridículos", dice la joven, y le cuenta cómo ha dicho en el confe, muy enfadada, que le ha vacilado un niño de 20 años.

"Llevamos 3 días sin hablarnos y parece que ha sido un siglo", le confiesa Laura a su chico. "Yo te quiero un montón", le dice Marcelo. "Yo sí que te quiero, totito", le dice su amada emocionada ante tanto despliegue de sentimientos.

Como toda reconciliación que se precie, los dos concursantes decidieron terminar de firmar esta tregua en la cama. La pareja, cubierta por un edredón y sin dejar dormir a sus compañeros de habitación, protagonizaron una nueva y tórrida escenita de amor.